Delincuentes petroleros, ¿consentidos del nuevo régimen?

Francisco Rodríguez

No nos hagamos bolas. La superestructura de corrupción que carcome a la industria petrolera nacional es obra y propiedad inicial del maligno Carlos Salinas de Gortari. El escogió al más mediocre y sumiso de los sujetos para llevar a cabo su traición: Carlos Romero Deschamps, ex taquero del barrio donde se encuentra la que fuera refinería de Azcapotzalco.